Como parte de la documentación para el libro de Edsel, acabo de terminar El museo desaparecido, de Héctor Feliciano, un ensayo genial, sorprendente y minucioso sobre el expolio nazi en Europa (principalmente Francia).
Uno de los datos sobre los que hace hincapié es en la voracidad saqueadora del Reich y la descoordinación entre las partes implicadas en dichos saqueos: la embajada alemana en Francia, la Wehrmacht y la ERR (la unidad encargada del saqueo político en los territorios ocupados) competían entre sí por apropiarse del patrimonio cultural europeo, lo cual generaba situaciones de lo más rocambolesco.
Transcribo una de las anécdotas más curiosas, protagonizada por Bruno Lohse, asesor artístico de Göring, y Maria Almas-Dietrich, marchante de pocas luces amiga de Eva Braun y Hitler:
El siguiente relato describe cómo llegó a adquirir una de las muchas obras que pasaron por sus crédulas e ineptas manos. Desde su base en París, el desenvuelto Lohse solía viajar regularmente por Europa en busca de obras a vender, a comprar o a canjear para él y para Goering. En uno de esos viajes en que se hallaba por Munich, el historiador de arte se detuvo en la galería de Almas-Dietrich; llevaba en mano una serie de fotografías de obras recientemente confiscadas en Francia. El confiscador las mostró a la inconstante marchante, y ésta quedó prendada con una de ellas que reproducía El puerto de Honfleur bajo la lluvia, un encantador paisaje impresionista de Pissarro. Prontamente, Almas-Dietrich accede a cambiar la tela por dos tablas franco-portuguesas del siglo XVI que tenía en su posesión. La transacción se efectuó cómodamente de París a Munich. Pero no sabemos hasta el día de hoy si Almas-Dietrich habrá podido vender fácilmente el cuadro, pues toda obra de Camille Pissarro, siendo éste judío, tenía terminantemente prohibida la circulación en Alemania por orden expresa de su amigo Hitler.
Y para terminar, una foto de familia con Hitler y, de pie, en el extremo derecho, Maria Almas-Dietrich:
(Fuente: Héctor Feliciano, El museo desaparecido: la conspiración nazi para robar las obras maestras del arte mundial, Barcelona, Destino, 2004, págs. 166-167.)
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